Semana Santa en casa

Esta Semana Santa la pasamos en casa, yendo a la catedral vieja recien restaurada para la misa del domingo de Ramos y asistiendo a las procesiones del jueves y viernes Santo que pasan muy rapidas, y desde la escalinata de San Miguel ves todos los pasos a lo largo de la calle Mateo Moraza con un solo golpe de vista y en unos pocos minutos. Mi amiga Geli me pedia fotos de nuestros pasos pero no puedo enviarle algo que no pueden competir en belleza con los suyos, con su querida Virgen de la Amargura y todos los cofrades y compañias que le acompaña a su alrededor. Nuestros son pasos muy sencillos y poco espectaculares, aqui dejo el de la Santa Cena y a mi el que mas me gusta es el de la Santa Espina, una reliquia que vino a Vitoria en la época medieval. Pero aunque son pequeños, empujados en un carro y con poca parafernalia, no por ello menos sentidos, la emocion la llevamos dentro y asi estamos acostumbrados a esta forma de vivir la religión, para adentro. Los pasos se paraban ante el balcón de la calle Correria donde un bertsolari cantaba a Jesus crucificado sus versos en euskera y tambien lo hacia una saeta tradicional. Nuestro nuevo obispo cerraba la procesion. El respeto a la procesión en una calle tan concurrida por gente ajena a lo que estaba sucediendo era pleno y el silencio muy reconfortante.
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