En la semana del Jazz

Este jueves estuvimos en la semana del jazz. El concierto incluia 2 grupos de renombre según los expertos. El primero era un trio donde el instrumento protagonista fué el piano y su musico Brad Mahldau, un artista excentrico que tocaba en posturas raras y no dejó que se grabara la actuación, tanto es asi que tenia un tipo uniformado paseandose por el graderio y echando la bronca cada ve que veia una cámara abierta. Su musica era intimista, según apreciaron los criticos del periodico, de esas que te gusta escuchar con una copa en la mano en algun sitio chill out..., de las que provocan evasión y ensoñaciones... y también bostezos, que si los asientos hubieran sido mas cómodos a lo mejor nos hubiéramos dormido un rato con la suavidad de la musica y el cansancio que llevábamos encima tras tanta auditoria y rollo laboral. Después de un intermedio de saludo familiar y caña de cerveza, en el que no pude comer el bocadillo de patatas porque ese mismo dia habia sido la comida de despedida de un compañero del trabajo y todavia me estaban repitiendo el rabo de toro y las carrilleras con cuscus, el segundo grupo musical prometia diversión. Un saxo, un contrabajo, una guitarra y un batería comenzaron su actuación y enseguida empezaron la competición por tandas individuales, ya que no tocaban en grupo ni tampoco cantaban, sino que hacian solos repartiendose el tiempo en una interminable sucesión de interpretaciones ordenadas una tras otro, sin melodia común que les uniese. El caso que eran muy buenos instrumentistas pero tocando cada uno a su bola porque parecia que habian llegado de galaxias diferentes y alguien les habia juntado apañándoles un concierto juntos para que luego cada uno se fuera a su casa y si te he visto no me acuerdo. Su nombre, el mas largo de todos los de esta semana de jazz, porque era la suma diferenciada de sus cuatro componentes: Chris Potter, Dave Holland, Lionel Loueke & Eric Harland y ahora explico por qué. Los criticos decian que debia haber sido el grupo de Dave Holland, el mas conocido dentro de este mundillo, pero como éste era el bajista y este instrumento no suele ser protagonista de un concierto y demás filosofias y políticas internas donde el saxo, el primero de los nombres, se presentía habia presionado para no diluirse bajo esa inicial propuesta, se presentaron asociados de esta guisa. Su actuación consistió en repetir varias veces una ordenada sucesión de turnos de solistas y como la cosa se repetía y no mejoraba empezaron a aburrirnos porque no sentiamos enganche ni atractivo a lo que tocaban al no sacarle gusto a su actuación competitiva, de inexistente trabajo en equipo, de no querer sumar fuerzas para hacernos vibrar con una apoteósica puesta en comun pues talento tenian de sobra. Al constatar su necesidad de protagonismo individualizado, algo que tiraba para atrás, llegó el momento en el que nos aburriamos demasiado y nos parecia que cada canción se alargaba mas que una cuaresma, asi que por educación y porque la entrada nos habia costado una pasta aguantamos hasta el final, pero cuando la gente empezó a marcharse a la mitad del concierto seguro que por lo mismo que pensábamos nosotros y la critica del periódico encima nos dió la razón, empezamos a pensar lo bien que estariamos en casa, asi que cuando terminaron la parte oficial fuimos nosotros los que no nos quedamos al “bis” y nos escapamos a toda velocidad. Este año no hemos acertado, asi que ya tenemos la vista puesta en el próximo.
Canciones que tocaron los del trio Mehldau:“Solid Jackson”, “Strange Gift”, “Untitled” (sic), las 3 del propio Mehldau; “Valsa Brasileira” (Edu lobo y Chico Buarque), “Sete Waltz”, propia; y “Si tu vois ma mère” (Sidney Bechet). Del segundo grupo: ninguna, todo fue una inacabable improvisación.
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