disfrutando julio

Este mes está muy divertido en la calle. Tras el éxito que tuvo la representación de la batalla de Vitoria contra los franceses el año pasado, el de su bicentenario, este año lo repitieron y por ello estuvo la ciudad todo un fin de semana tomada por mas de 400 soldados de todo Europa que escenificaron las batallas que tuvieron lugar con mucho arrojo y realismo, tanto en las campas de Armentia, como en las de Olarizu y en la plaza de la Virgen Blanca. Por allí les vimos desfilar, con sus uniformes variados, sus bayonetas y también gente vestida de campesina de aquella época. Lograron asustarnos con sus cañonazos y nos impresionó verles guerrear cuerpo a cuerpo en los mismos escenarios de hace 2 siglos solamente. Otro dia fuimos a ver el espectáculo de luz y color que se celebraba en las salinas del pueblo de Salinas de Añana y antes de anochecer nos dimos una vuelta por sus animadas callejuelas que estaban vestidas de fiesta y compramos un paquete de escamas de sal, carisimo por cierto, porque nos gusta y también para hacer aprecio al trabajo que con tanto esfuerzo ha logrado levantar unas salinas casi abandonadas no hace tantos años y que datan de antes de la época de los romanos. Los vecinos del pueblo escenificaron la historia de las salinas en sus diferentes épocas vestidos de romanos, de cruzados, de franceses, de musulmanes....hasta llegar a nuestros dias mientras las salinas se iban vistiendo de lujo disfrazando su blanco resplandor con los colores vivos que unos reflectores proyectaban sobre ellas y las realzaban aun mas. Un poco aburrido ya fué para nosotros el espectáculo, no para los lugareños porque allí estaban actuando sus familiares y amigos, ya que los desfiles de las diferentes huestes aparecian desfilando a izquierda y derecha de la inmensa extensión salinera, llegaban al centro, bajaban y hacian su teatro que duraba una banda sonora completa de película y asi durante hora y media. Aun asi hay que reconocer el mérito y la ilusión que pone la gente al participar en un acto que mueve a muchos visitantes, causa curiosidad y sobre todo, promueve su producto:la sal de Añana. Para relajar, pongo la foto de unas de las tumbadas que hemos hecho estas ultimas tardes de buen tiempo donde a la sombra de los fuertes robles de Olarizu y los olorosos tilos de Izki hemos pasado unas buenas horas deliciosas relajandonos.
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