En la bodega de Gehry

Hoy hemos estado en Elciego visitando la bodega de Marques de Riscal, donde el famoso arquitecto Gehry construyó un hotel al estilo del Gugenheim bilbaino. La estructura ondulada, de colores y subida en un alto no deja a nadie indiferente. No puedo decir si me gusta o no, es otra sensación, la de la espectacularidad de encontrar aquello tan moderno entre un paisaje de viñedos que justo en frente tiene la población riojano-alavesa de Elciego tan típicamente tradicional. La bodega, quizás por la fama añadida del edificio, o prefiero pensar por la calidad de sus vinos, siempre está llena de visitantes. Tiene restaurante con estrellas michelin y la parte de la cafeteria y la zona de compras están diseñadas de manera muy vanguardista. El grupo que nos correspondia era muy numeroso, casi cincuenta personas, demasiadas para una guia que tenia que gritar para poder ser escuchada. La bodega no tiene calados sino que está a cota cero a ras de tierra junto al rio extendiéndose sus naves en horizontal para acoger las miles de barricas que guardan sus vinos, lo mismo que un cementerio con mas de 130.000 botellas. Es inmensa. Medios audiovisuales en elegantes salas presididas por cuadros al oleo de sus presidentes, explicaban el origen de la bodega y ya dentro de la zona de fermentado otro video nos ha detallado el proceso que pasa la uva hasta convertirse en vino y ser embotellado. La cata ha sido rápida y sin nada sólido que evitara una subida rápida a la cabeza al primer sorbo. Hemos probado un fresco vino blanco verdejo de sus plantaciones de Valladolid y luego su tradicional reserva de 14º con la famosa etiqueta llena de diplomas antiguos. La verdad es que sólo porque el vino que estaba delicioso como siempre, ha merecido la pena visitarla.
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