Shalom desde Jerusalem

Ver las murallas de Jerusalem de noche nada mas llegar junto a las torres de David en la puerta de Jafa nos prometía mucha revolución para el espíritu, enseguida intuimos que iba a haber un antes y un después en nuestras vidas. Pueblos mezclados, calles donde los zocos acogen lugares de oración cristiana y los armenios y los griegos junto a los musulmanes ocupan la zona pacíficamente. La vista panoramica a primera hora de la mañana con la cúpula de la roca al fondo, hoy un lugar musulmán al que no se puede acceder y donde antes estuvo guardada el arca de la alianza que contenia los doce mandamientos y el maná del desierto impresiona. El inolvidable muro de las lamentaciones en plena víspera de sabath, el impresionante via crucis de la via dolorosa, el monte de los olivos y el huerto de Getsemaní, las diferentes puertas de la inmensa muralla, como la puerta de Damasco de la foto, el monte de Sión y la Virgen... todo ha venido a absorber nuestra concentración en Jerusalem, sin olvidar su gente y ese grupo especial de judios ortodoxos que no paras de mirarles con su clan de hijos también con pequeños tirabuzones. No se pueden decir más cosas pues hay que vivirlas ya que allí son todo sensaciones y emoción. Todo parece tan conocido, como que ya has pasado por allí de siempre. Qué pena no haberlo conocido antes. Pienso que todo el mundo debiera pasar por Jerusalem algun dia para recordar mucho sobre el sentido de la vida.
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