Dando un paseo por Haro

Este sábado quedamos con nuestros amigos de Burgos para dar una vuelta por Haro. Llegamos pronto con la intención de visitar la ciudad con sus monumentales  palacios e iglesias y por qué no, una de sus innumerables bodegas: Después de admirar la grandiosa iglesia de Santo Tomás, en lo alto de su casco viejo y de un gótico florido de gran poderío,anduvimos callejeando por delante de los palacios de los condes de Haro, de Bendaña, el de los Condestables, el de Tejada, el de la Plaza de la Cruz, muchos de ellos convertidos en casas de vecinos pero que conservan fachadas espectaculares, el Banco de España, quién diría que un lugar tan pequeño podía tener nada menos que un enorme edificio dedicado a Banco de España, qué poderío de ciudad; su ayuntamiento de la época de Carlos III junto a la plaza mayor, el convento de los agustinos rehabilitado para hotel y en cuyo claustro se puede comer muy relajadamente, subimos a la Torre junto a la puerta de San Bernardo, torre convertida en museo de arte contemporáneo y desde donde pudimos observar los nidos de las cigüeñas inquilinas de las chimeneas en desuso. Poco a poco fuimos bajando hasta la iglesia de la Virgen de la Vega y el milagro de la conversión de la cebada en trigo donde estaban ensayando la marcha nupcial en esta época tan de bodas y después seguimos mas abajo hasta la zona del rio cruzando el puente camino de las bodegas y tuvimos suerte de poder visitar una de sus bodegas. Tras la visita comimos en el restaurante de la Vega y quedamos muy satisfechos. Esta taberna la conocemos porque en invierno sobre todo, cuando estamos aburridos, nos vamos los sábados a la tarde a dar un paseito por Haro y acabamos en la Vega comiendo sus patatas picantes, que no tienen nada que ver con las patatas a la brava y sus asadurillas de cordero que nos encantan y las bordan, todo regado con un buen vino de la tierra. No es por nada, pero esto de tener un lugar donde están los mejores vinos del mundo a media hora de casa es todo un privilegio que además, sabemos apreciarlo con todos nuestros sentidos.