Un lago habitado en sus aguas

Los Uros habitan las aguas del lago Titicaca en sus islas flotantes de totora. Nadie mejor que ellos sabe acerca de la no permanencia y temporalidad de las cosas. No viven en tierra firme sino encima de unas islas ancladas en el fondo del lago para que no se muevan y están formadas por una tierra porosa que flota cubierta por pisos de totora, una especie de juncos que lo mismo se comen, con ellos fabrican sus casas, y les vale de limpiador o papel de baño. Sus islas duran como mucho 10 años y después agarran sus casas y se las llevan a la nueva isla. Viven en comunidad con una persona que lleva la presidencia y cuida por la permanencia y mejora de la isla, representando a su isla en el consejo de las decenas de islas repartidas por esa zona del lago, cuyo tiene mandato dura lo que le apetezca y es respetado por todos sus habitantes. Cuando alguien desea marcharse de la isla o es invitado a irse, no tienen mas que serrar su trozo y dejarle marchar a otro lugar. Viven con poco y se ayudan con la venta de sus artesanias y sus paseos en barca. que recuerdan a la de los vikingos, hechas también de totora y propulsadas a mano desde dos proas con forma de cuello y cabeza felina. En el mismo lago hay otra isla, la de Taquile donde los hombres se pasan la vida tejiendo gorros de colores para seducir a sus novias y a las familias de éstas, es normal viendo a señores mayores en la isla tejiendo un gorro con cuatro agujas a la vez. El lago hace frontera con Bolivia y se ven sus nevadas cumbres desde lo lejos. En sus quietas aguas se reflejan a colores como si lo hicieran en un espejo sus laderas picudas y el paisaje es de ensueño.
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