Calor humedo

Este tipo de calor hemos pasado en Vietnam, un calor que empapa la piel y la ropa y te dificulta respirar. Un lugar de arrozales, comidas exquisitas, urbes repletas de gente, pagodas, muchos rios y millones de motos pero también de historias recientes de guerra y sufrimiento. Una salvaje naturaleza que por fin ha encontrado la paz para recuperarse de tanta destruccion. Hanoi y sus marionetas de agua, la pagoda del Perfume y la bahia de Halong navegada entre peñascos de gran altura y vegetación. Hoi An y sus casas de comerciantes de oscuras maderas con poemas de nacar en sus columnas junto al puente japonés, el rio caprichoso que todo lo inunda y el mercado de abastos lleno de puestitos pequeños junto al rio, siempre el rio, los útiles y eternos rios facilitadores del trasiego y el transporte de todo. Los paseos en barca y los masajes relajantes junto a una playa inmensa con barcas redondas de pescadores. Los templos de My Son, Hué y sus tumbas imperiales flanqueadas por mandarines y elefantes, recargadas de porcelanas descansando junto a los brazos del revuelto rio de hojas de loto, para llegar finalmente a la antigua Saigon, con su pasado francés y otro innombrable que vino después, enterrandose todavia en el inmenso cauce del delta del rio Mekong, en los tuneles de Cu Chi y en el urbano escaparate de objetos de guerra que recorre la ciudad recordando al mundo su inutilidad. Un pais en forma de "S" codiciado por el mundo, invadido hasta lo infinito y que ahora por fin puede caminar independiente. Eso es lo que me pareció el Vietnam y sus aguas cálidas donde bañarse es como meterse en las aguas de un balneario.