En la Virgen de Oro

El dia de Pentecostés fuimos a visitar a la Virgen de Oro, de la Altura o de las Bellas Cumbres, enclavada en el valle de Zuia. Este nombre se remonta a tiempos antiguos, y la palabra Oro se refiere a altura en euskera. Ese domingo 23 de mayo era una de sus festividades, aunque las mas importantes se suceden durante el mes de septiembre. Como estamos en tiempos de pandemia y esperando tiempos mejores, no se celebró de manera popular, ni se la sacó a pasear en andas por los alrededores del santuario luciéndose en esos parajes tan maravillosos, pero sí pudimos admirarla, rezarla, agradecerle sus cuidados de Madre celestial, poder rendirle devoción y recibir su bendición. Recorrer el lugar es un regalo para los sentidos, las fantásticas vistas que se ven y se disfrutan desde allí merecen subir la sinuosa carretera en pendiente para llegar a lo alto de la montaña rocosa que se alza en medio del valle llamado Las Peñas de Oro y pasear por los alrededores, subir hasta la cruz de Atxabal, recorrer sus campas donde siempre hay caballos pastando y no dejar de mirar a lo lejos todo lo que nos ofrece este lugar. La iglesia es del siglo XVI y cerca hay un crucero del siglo XVII. Desde allí se ven las sierras de Badaya, la Sierra Salvada y otras, asi como las cumbres del Amboto y del Aitzgorri y se respira un aire puro que renueva el cuerpo y el espíritu. Es un lugar muy especial.
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