Mirando con lupa

Esta semana estuve en una visita guiada a los tripticos flamencos del museo sacro de la catedral nueva. Se llamaba "mirando con lupa" porque la pintura flamenca debe mirarse con mucho detenimiento. Me entusiasma esta pintura tan minuciosamente dibujada, recargada de personajes y todo tipo de cosas, tan colorida y llena de detalles. Los tripticos tienen 3 partes, la central y las de los lados que suelen ser abatibles y el lado de las tablas suele tener unas pinturas ser en blanco y negro, de figuras marmoleas difíciles de ejecutar y la finalidad del cierre es la invitación a abrirlo para provocar el ahhh de sorpresa, la impresión entre los espectadores.... Las mejores pinturas flamencas se realizaron durante los siglos XVI y XVII, una época en la que habia mucho flujo de dinero en Europa, gusto por el lujo y el mercado del arte florecía entre la aristocracia y la burguesia adinerada. Los pintores de Flandes, especialistas en dibujar los libros y misales con miniaturas, tras haberse reducido su trabajo por la invencion de la imprenta, se dedicaron a pintar bajo encargo y con las mismas técnicas cuadros para mirar en casa a corta distancia, no para exponer en un altar, y se aprovechaba para dejar reflejados con excesivo detalle otros elementos, como por ejemplo los vestidos y tocados de los personajes y damas de ancha frente que al lucir sus modelos en el escaparate que facilitaba el cuadro, marcaban la moda de aquella época, algo que era aprovechado también por los marchantes de arte para venderle al burgués o al noble acaudalado no solo el cuadro sino el catálogo con las telas y los modelitos como moda pret-a-porter. Además proliferaron los talleres que producian composiciones a gusto del consumidor los cuales podian aparecer incluso dentro del cuadro vestidos con elegancia a la usanza del momento para su propio lucimiento personal acompañando a los personajes sagrados de cuadros de motivos religiosos: un descendimiento, una epifania....transportándolos a aquel momento histórico como testigos directos de lo que relataba el cuadro. Por otra parte, resulta curioso apreciar el simbolismo de estas pinturas. Todo lo que aparece en el cuadro no está por azar, tiene su razón estar allí reflejado, su explicación y su mensaje. La joya de la pequeña exposicion era este cuadro de la Virgen de la Salud sentada entre plantas medicinales: a sus pies la alfombra de ortigas, llanten y otras plantas parecian sacadas de un libro de botánica....la Virgen esta situada en un jardin cerrado, como la frase de la letania; dejando claro que no sufrió las maldiciones del destierro que Dios impuso a Adan y Eva: el parir con dolor, el ganarse el pan con el sudor de su frente, a la serpiente le dijo que se arrastraria por los suelos y a la rosa que tendría espinas. Como la Virgen fué concebida sin pecado, se la representa con el Niño en sus brazos, serena, sin rastro de haber sufrido el dolor del trance de ese momento y por eso sus rosas, como son anteriores al momento del pecado, no tienen espinas. Bonitos simbolismos. Las tablas que la acompañan a su izquierda y a su derecha son las de Sta Catalina y Sta Barbara. Sta Catalina era una princesa, por eso aparece con corona real y armiños, con una espada enorme, leyendo. Santa Barbara, a la que se invoca durante las tormentas porque su padre cuando la cortó la cabeza de la que manó leche en vez de sangre, siendo por ello patrona de las nodrizas y después fué fulminado por un rayo con mucho estruendo, por esto mismo es patrona de los artificieros, de los cuarteles de artilleria y de los fabricantes de petardos. Tiene en su mano una pluma porque cuando su padre iba a maltratarla para conseguir que renunciara a su fe, los ángeles convertian los latigos en plumas y le daban la comunión, de ahí que se ve un caliz en la puerta de la torre en la que estaba encerrada, representada con 3 ventanas, alegoria de la Santisima Trinidad. Todo son pliegues en los vestidos, paisajes recargados de naturaleza y construcciones, colores de muy variadas tonalidades, destacando el azul de los paisajes que encarecían la obra debido al valor de este pigmento aplicado sobre una tabla de roble con cuatro capas de yeso encima donde las caras de los personajes al aplicar la tecnica de la veladura parecian de cristal, sin asomo de pinceladas debido a las capas sobre capas que daban ese resultado de caras niveas, suaves y muy delicadas. Seguiría hablando y hablando de todo lo que aprendimos en esta visita, pero lo dejaré para mas adelante cuando volvamos del taller que un restaurador de cuadros flamencos va a ofrecernos.
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