Mi prima y su madre, la tia Caroli

Mi prima lo está pasando muy mal porque perdió a su madre, la tia Caroli, el pasado jueves dia 16. Los recuerdos no dejan de aparecer porque su madre es su madre, es única y lo será siempre aunque ya no esté aquí con ella. Va a soñar esos sueños que parecen reales montones de días y vivirá en su recuerdo para siempre, para toda su vida. Es muy duro lo que está pasando porque la madre es la fuente de las emociones y de los sentimientos y ahora mi prima los tiene desbordados y se siente huérfana, como yo. No pasa lo mismo ni es tan duro con los padres, con la parte masculina, porque ellos no saben transmitir emociones, por lo que fuera, sin culparles, pero el sentimiento verdadero sólo existe con las madres y la unión con ellas es para siempre aunque ya no estén en este mundo, y jamás las olvidaremos y su recuerdo nos conforta. Yo no hay dia que no me acuerde de mi madre y eso que la tuve únicamente durante 31 años conmigo y en los peores años de mi vida que fueron los de la adolescencia y los de la rebeldía y luego todo lo que me vino después, por lo que no pude ser su amiga y tampoco pude devolverle el amor que me daba y menos apreciarlo porque estaba muy liada con mis historias personales de aquella época tan difícil que pasé. Y cuando ella faltó me di cuenta de que lo que había perdido jamás se podría recuperar, ni llenar, ni sustituir, porque era ella quién sostenía la familia: era sólo ella, y entonces se vino el mundo encima de mi casa. Todo se puso patas arriba y lo peor es que la cosa no mejoró, porque no estaba, ni está, para darnos la solución, porque sólo la tenía ella y no hemos podido arreglarnos porque cada uno tiramos en una dirección diferente y mi madre era la única que sabía tirar en la buena dirección. Era la inteligente de la casa, a años luz de mi padre, ella siempre sabía cómo actuar, cómo frenarle, la que se sacrificaba por nosotros calladamente, la que nos tapaba en resumen, la que verdaderamente nos quería. Cualquiera se puede imaginar cuánto la necesité y cuánto la sigo necesitando, cuánto pienso en ella, todos-todos los días la echo en falta. Ha sido la gran pérdida de mi vida hasta la fecha y solo se podría igualar a la pérdida de mi hija. Cómo me hubiera gustado haberla dado la felicidad que no pudo tener con mi padre debido a su carácter, a esa parte masculina carente de emociones. Leer este librito me dió mucho ánimo y ayuda a salir adelante muy fortalecida.
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