Y se acabaron las fiestas con el broche de oro de nuestros Magos

De nuevo y afortunadamente pasaron por Vitoria. Estuvimos mas de una hora esperándoles y al fin llegaron precedidos de flotantes medusas, enormes meninas y una hormiga atómica como la de la foto. Como siempre y por mucho que le llamáramos a gritos Melchor no estaba para nosotros, pero sí nos hizo mucho caso Gaspar y yo vi que me miraba de forma especial como queriéndome decir algo bueno, al dia siguiente lo noté en sus regalos y me sonrio recordando lo generoso que fue conmigo. Baltasar como siempre muy correcto y diplomático pero nos resultó esta vez un pelin distante,a ve el año que viene. Tras la rápida pelea por la recogida de caramelos tuvimos que ir a casa a cambiarnos de ropa y calentarnos porque estábamos helados. Después intentamos darnos el homenaje de la noche de Reyes en el Tathan pero como era de esperar estaba a tope asi que nos dirigimos rápidamente al Arotz donde comimos su hamburguesa balsámica, medicinal, la que te borra todo rastro de resfriados porque han tenido el acierto de aliñarla con una salsa hecha de piparrak muy picante y densa, que nada mas tomar contacto con ella nos provoca una respiración profunda que nos abre los pulmones como si estuvieramos aspirando un aire alpino puro y fresco y nos deja como nuevos. Un gintonic casero puso fin a la fiesta que al dia siguiente iba a continuar con la comida familiar, donde la hermana mayor de Pedro fué la que resultó la agraciada con el premio del rosco, que no de la lotería aunque estamos muy contentos porque tenemos el reintegro del décimo que compramos en la plaza del Castillo de Pamplona. Una velada de fotos familiares muy divertidas aunque en algun momento se mostraran con fuerte carga emocional puso fin a la reunión y después de recoger todo el despliegue que se monta con una comida, empezamos a disfrutar de la maravillosa realidad de vernos liberados de tantos excesos sobre todo para el cuerpo y tantas emociones que no siempre son del todo felices pues los recuerdos alegres y tristes se suceden sin querer uno tras otro. La verdad es que muy afortunados nos sentimos por ver nacer un nuevo año gozando de buena salud. Los proyectos están perfilándose y esperamos con mucha fé llevarlos a cabo en estos doce meses tan prometedores.